Los Dolores de María
“Vuestros sufrimientos, acogidos y sostenidos por una fe inquebrantable, unidos a los de Cristo, adquieren un valor extraordinario para la vida de la Iglesia y para el bien de la humanidad”. (Mensaje del Santo Padre Juan Pablo II Para la I Jornada Mundial del Enfermo, 5) Como madre de Cristo, uno de los muchos títulos de María es “Nuestra Señora de los Dolores”. Apropiadamente, el nombre “María” tiene raíces en la palabra hebrea “marah” que significa “amargura”. Comúnmente representado en el arte con una espada que atraviesa su corazón, el Evangelio de hoy nos presenta el primero de los Siete Dolores de María: “Y a ti, una espada te atravesará el alma”. La Sagrada Familia pasó juntos por muchas pruebas juntos pero María en particular perseveró, firme en su fiat y nunca vaciló en su devoción a Dios, aunque estuvo expuesta a tantas pruebas.
San Juan Pablo II declaró: “Así avanzó también la Santísima Virgen en la peregrinación de la fe, y mantuvo fielmente su unión con el Hijo hasta la cruz… asociándose con entrañas de madre a su sacrificio” (Lumen Gentium, 58). En sus apariciones como Nuestra Señora de Kibeho en los años 1980 en Ruanda, María pidió que rezáramos la Coronilla de los Siete Dolores por el arrepentimiento, y también señaló que debemos “soportar nuestros sufrimientos todos los días” si queremos estar con Cristo en el Cielo. Si imitamos la fe de María, también nosotros sobreviviremos las heridas que nos inflija este mundo duro y un día gozaremos con la Sagrada Familia de Dios. ¿Qué sufrimiento hay en tu vida que Dios está utilizando para Su gloria?
Por Alexis Dallara-Marsh